En la sesión especial de hoy la Cámara Baja aprobó la ley que establece el marco regulatorio para desarrollar la industria, el comercio y la producción del cannabis medicinal y el cáñamo. Fue por amplia mayoría: 155 votos a favor, 56 en contra y 19 abstenciones. Los detalles de la ley y qué dijo cada bloque durante el tratamiento.
Hoy fue un día histórico para el cannabis en Argentina. Finalmente la Cámara de Diputados aprobó esta noche la ley que establece el marco legal para desarrollar la producción, el comercio y la industria del cannabis medicinal y el cáñamo. La iniciativa obtuvo un contundente apoyo: 155 votos a favor, 56 en contra y 19 abstenciones. De este modo, se abre un nuevo escenario para esta actividad que permitirá la generación de 10 mil empleos nuevos para 2025, US$500 millones en ventas al mercado interno anuales y US$50 millones de exportación anuales, según proyecciones del Gobierno.
La ley de cannabis industrial -que había recibido la media sanción del Senado en julio de 2021 también por amplísima mayoría- es la primera aprobada en el transcurso del actual periodo legislativo dentro de la agenda de proyectos productivos que se propuso aprobar el oficialismo, elaborados por el Ministerio de Desarrollo Productivo para impulsar la producción y el empleo.
El proyecto establece mecanismos de autorizaciones para productores y comercializadores, y estrategias de seguridad, fiscalización y trazabilidad en la cadena, que estarán a cargo de la Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal (ARICCAME). Actualmente hay 22 iniciativas en marcha en provincias y 80 en municipios, aunque limitadas a fines experimentales en el marco de la ley de cannabis medicinal 27.350. El Gobierno apunta ahora a generar un “desarrollo desconcentrado” donde tendrán preferencias cooperativas, PyMEs y economías regionales.
El tratamiento
Las principales oradoras defensoras del proyecto fueron las diputadas del Frente de Todos Carolina Gaillard y Mara Brawer, quienes participaron junto con el Ministerio de Desarrollo Productivo en la elaboración del proyecto en base a iniciativas propias previas.
La sesión comenzó a las 12 hs, el proyecto cannábico comenzó a tratarse a las 18 y su debate se extendió hasta las 21:30 hs. Fue luego de la aprobación de otros dos proyectos (ley de VIH y ley de incentivos para fomentar la construcción) y la aprobación de la moción de emplazamiento de comisiones que impulsó la oposición para que comiencen a ser tratados los proyectos para utilizar la boleta única de papel en las próximas elecciones.
“Esta industria tiene un doble beneficio: va a crear muchos puestos de trabajo y divisas para nuestro país en un momento que tanto lo necesitamos. Y por otro lado, va a garantizar el acceso a la salud de miles de argentinos y argentinas que esperan una sustancia segura y de calidad, con el Estado controlando la sustancia”, sostuvo Gaillard.
La diputada entrerriana agregó que “esta ley abre un camino productivo, de desarrollo de una nueva industria para generar divisas y puestos de trabajo. Y fundamentalmente abre el camino a la salud con igualdad. Esta ley también es un alivio para el padecimiento porque el dolor no puede esperar”.
Por su parte Mara Brawer leyó un fragmento de un escrito de Manuel Belgrano de 1797, quien impulsaba el uso de la planta aplicada a la industria textil. “Estamos cumpliendo el sueño de Belgrano con tecnología del siglo XXI”, subrayó. Asimismo remarcó los múltiples usos de la planta de cáñamo para las industrias automotriz, del plástico, la construcción y la alimentación. “Toda la planta se usa para más de 25 mil productos que al día de hoy están reconocidos. Por eso es tan importante esta ley. Hoy nace una nueva industria en argentina”, celebró
“Tenemos una enorme posibilidad para ser la punta de lanza de una industria pujante que va a permitir sustituir importaciones. Estamos viviendo un momento histórico”, añadió.
La legisladora porteña fue la encargada de dar los detalles del proyecto con respecto a la ARICCAME y su función de regular el régimen de autorizaciones y de licencias. “La diferencia es porque las licencias van a hacer para el cannabis medicinal y las autorizaciones para el cáñamo industrial. La ley prevé un régimen simplificado para el cáñamo industrial porque no tiene contenido de THC y porque el fin no es para consumo de las personas”, detalló.
“Tendrán prioridad los proyectos que impulsen el desarrollo regional, para proyectos que incorporen a las PyMEs y va a haber un régimen especial para la adecuación de las organizaciones de la asociación civil que vienen trabajando en este tema. Va a haber un programa especial con el INAES para que puedan entrar en este sistema productivo”, concluyó.
Quien se mostró en contra de la ley dentro del Frente de Todos fue Natalia Zaracho -militante cartonera del Movimiento de Trabajadores Excluidos-, quien dijo que “favorece el agronegocio y los monopolios” en lugar de “quedar en manos de cooperativas y pequeños productores y regulado por el Estado”. “No voy a levantar la mano en apoyo de este negocio, pero sí apoyo la utilización medicinal del cannabis”, afirmó.
Juan Manuel Pedrini (Frente de Todos - Chaco) defendió a capa y espada el proyecto y refutó las tres principales críticas de los distintos bloques de la oposición. “Es necesario un organismo específico para regular esta actividad porque así lo exige Naciones Unidas. Este proyecto es federal porque están representadas todas las provincias y esto, además, no tiende a la concentración de la economía porque proponemos a los pequeños y medianos productores y a las cooperativas para que se hagan cargo de la producción de cannabis medicinal y cáñamo”.
Ricardo Herrera (Frente de Todos - La Rioja) respaldó fuertemente la ley y destacó que su provincia “ha avanzado sustancialmente” con la producción de cannabis. Y mencionó el proyecto de Agrogenética Riojana, que lleva a cabo un proyecto productivo que esperaba esta ley para escalar su producción a nivel industrial.
Qué dijeron los bloques opositores
Las distintas fuerzas opositoras votaron de distinto modo, al igual que sus diputados al interior de cada bloque. Muchos diputados votaron en base a posturas individuales y los argumentos variaron desde posiciones sociales, económicas y de salud.
Las principales críticas de la oposición cuestionaron la “superestructura burocrática” y el “gasto público” que, según sus planteos, genera la ley con relación a la creación de la agencia reguladora. En ese sentido se pronunciaron Graciela Ocaña (Pro - Buenos Aires), Ricardo López Murphy (Republicanos Unidos - CABA), Lisandro Nieri (UCR - Mendoza) y Graciela Camaño (Identidad Bonaerense - Buenos Aires). Esta última también dijo que el proyecto de fondo lo que persigue es la “legalización de la marihuana”, sin embargo no dio mayores precisiones al respecto.
El diputado Ricardo Buryaile (UCR - Formosa) reconoció las posibilidades productivas del cáñamo y los beneficios del cannabis medicinal (incluso dijo que su hijo consume con fines terapéuticos), y rechazó el “uso recreativo” a pesar de que a esto último no refiere el proyecto. Además pidió “mayor espíritu federal” y participación de las provincias en la ley y en ese sentido reclamó modificar los artículos que establecen la conformación del Consejo Federal.
Por su parte Enrique Estévez (Bloque Socialista - Santa Fe) aceptó en línea generales la ley. No obstante pidió una “regulación más integral del cannabis”.
El mas crítico fue Luis Di Giacomo (Juntos Somos Río Negro), quien también dijo que el proyecto lo que busca es la “legalización de la marihuana”. “Lo que en realidad se hace con esta ley es la legalización de la marihuana y de un negocio extraordinario en favor de grandes multinacionales que va más allá del cannabis medicinal y el cáñamo industrial”, lanzó.
Por el lado del bloque Frente de Izquierda - Unidad, Nicolás del Caño se mostró a favor aunque con abstenciones en algunos artículos referidos a sanciones. Dijo que la ley responde a un “reclamo que sostienen hace tiempo las organizaciones”. A su vez cuestionó la ley de drogas (Ley 27.737) por las detenciones y procesamientos de cultivadores y abogó por una “legalización integral” del cannabis.
En representación del PRO de Córdoba, Laura Rodríguez Machado dijo que la ley “le atesta un golpe al federalismo tomando funciones que le son propias a las provincias, que son las que autorizan a las industrias lícitas de este país, no un organismo ni una agencia”.
En tanto Martín Tetaz (Evolución Radical - CABA) apoyó el proyecto pero rechazó el rol del Estado regulador. “Estoy a favor de la liberalización total en la producción y en el consumo de cannabis para los fines que cada uno quiera. No estoy a favor de un Estado paternalista que se meta”. Y al igual que sus colegas de Juntos por el Cambio rechazó las “estructuras burocráticas”.
Ventas y empleo
Con esta ley el Gobierno proyecta para el 2025 la creación de 10 mil nuevos empleos (alto porcentaje en I+D+i), US$500 millones en ventas al mercado interno anuales y US$50 millones de exportación anuales. Argentina cuenta con ventajas para el desarrollo de la actividad a partir de la activa militancia de las asociaciones civiles, su red de organismos científicos y académicos para la investigación, el entramado de laboratorios públicos y privados y numerosos proyectos provinciales y municipales.
El mercado de cannabis medicinal y cáñamo industrial crece exponencialmente a nivel global. Hace 20 años la producción de cannabis en el mundo era de 1 tonelada por año, mientras que actualmente ronda las 500 toneladas. Para dentro de tres años se observa una producción global de 42 mil millones de dólares, es decir, 14 veces más alto que hace 10 años, según cálculos de Desarrollo Productivo.